La Historia de Anita Álvarez
Recientemente, fuimos testigos de un conmovedor episodio en el mundo deportivo. La nadadora artística Anita Álvarez se desmayó en plena competencia y fue rescatada por su entrenadora, quien no dudó en sumergirse en la piscina para salvarle la vida. Esta historia nos muestra la importancia de tener a alguien que esté atento a nuestras necesidades, alguien que esté dispuesto a actuar cuando más lo necesitamos.
Romanos 12:10: "Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros."
La Biblia nos exhorta a amarnos los unos a los otros con amor fraternal. Este mandamiento nos invita a ser una comunidad solidaria, donde cada miembro se preocupa por el bienestar de los demás. En la iglesia, deberíamos ser como una gran familia, donde nos apoyamos mutuamente en los momentos buenos y en los malos.
¿En la Iglesia Habrá Alguien Que Note Nuestras Debilidades?
La pregunta es pertinente. ¿Podemos confiar en que en nuestra comunidad cristiana habrá alguien que note nuestras luchas, nuestras caídas y nuestras necesidades? ¿Estamos rodeados de personas que estén dispuestas a ayudarnos a salir a flote cuando nos sentimos hundidos?
Más Allá de los Números
La cantidad de miembros en una iglesia no es lo más importante. Lo que realmente importa es la calidad de las relaciones que cultivamos. Una iglesia puede tener cientos de miembros, pero si no existe un verdadero sentido de comunidad, si no hay personas dispuestas a tender una mano al necesitado, entonces esa iglesia está vacía.
La Importancia de un Solo Hermano
Al igual que la entrenadora de Anita Álvarez, a veces solo necesitamos una persona que esté dispuesta a ayudarnos. Una persona que nos escuche, que nos consuele y que nos levante cuando estamos caídos. Esa persona puede ser nuestro pastor, un líder de grupo pequeño, un amigo cercano o incluso un desconocido que se cruza en nuestro camino.
Querido lector, la crisis es una parte inevitable de la vida. Pero no tenemos que enfrentarla solos. En la iglesia, tenemos la oportunidad de experimentar un amor que trasciende las palabras, un amor que se manifiesta en acciones concretas. Seamos como la entrenadora de Anita Álvarez, dispuestos a sumergirnos en las aguas turbulentas de la vida de nuestros hermanos y hermanas para sacarlos a flote.
Les invito a reflexionar sobre sus propias relaciones dentro de la iglesia. ¿Están siendo un buen amigo, un buen hermano o una buena hermana en Cristo? ¿Están atentos a las necesidades de los demás? ¿Están dispuestos a ayudar cuando alguien lo necesita?
Para Reflexionar
- El buen samaritano (Lucas 10:25-37): Esta historia nos enseña la importancia de la compasión y el servicio desinteresado hacia nuestro prójimo.
- El discípulo amado (Juan 13:23): Juan, el discípulo amado, descansaba su cabeza sobre el pecho de Jesús. Esto simboliza la intimidad y la confianza que debemos tener con nuestro Salvador.
- La mujer samaritana (Juan 4:1-42): Jesús se acercó a una mujer samaritana, que era considerada socialmente inferior, y entabló una conversación profunda con ella. Esta historia nos muestra que Dios se preocupa por todos, sin importar nuestras diferencias.
Oración
Padre celestial, te agradecemos por tu amor y tu misericordia. Ayúdanos a ser instrumentos de tu amor en este mundo. Dános la sensibilidad para reconocer las necesidades de los demás y la valentía para actuar con compasión. Que nuestra comunidad sea un reflejo de tu amor y un lugar donde todos se sientan bienvenidos y apoyados. En el nombre de Jesús,Amén.
Que el Espíritu Santo nos guíe para construir una comunidad cristiana donde cada miembro se sienta amado, valorado y apoyado. Amén.