¿Cuánto de lo que haces refleja realmente quién eres? Vivimos en una sociedad que premia las apariencias, donde el éxito se mide en términos materiales y las expectativas se convierten en cadenas invisibles. Muchos de nosotros nos hemos convertido en actores en nuestras propias vidas, interpretando un papel que ni siquiera reconocemos. El autoengaño es una prisión silenciosa, una niebla que empaña la verdad y nos impide vernos como realmente somos. ¿Cómo llegamos aquí? Y lo más importante, ¿cómo rompemos estas cadenas?
La respuesta, por sorprendente que parezca, ha estado siempre frente a nosotros. No en las teorías modernas de autoayuda ni en los paradigmas económicos, sino en la Biblia: un texto que trasciende el tiempo y nos revela verdades inmutables sobre la naturaleza humana. Jesús dijo: "Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:32). Pero, ¿estamos realmente dispuestos a enfrentar esa verdad y lo que implica?