¿Qué significa para usted ser misionero en estos tiempos?
Ser misionero no es solo una vocación, es el eco del llamado divino que resuena en lo profundo del alma. Es vivir cada día para el otro, siendo las manos, los pies y el corazón de Cristo en un mundo que a menudo ha olvidado el lenguaje del amor. Es caminar entre las sombras, sabiendo que llevamos la luz del Evangelio, y contemplar con asombro cómo esa luz transforma vidas. Es un privilegio que nos sobrepasa, y una misión que, aunque pesada, nos llena de gozo eterno. Ser misionero es ser testigo del milagro de la redención.