Retrocediendo a los hechos en los tiempos de Esdras y Nehemías, vemos y aprendemos que hacer la obra de Dios implica enfrentar a enemigos poderosos y astutos. Durante los tiempos de Esdras y Nehemías, Israel enfrentó varios enemigos que intentaron obstaculizar la reconstrucción de Jerusalén y la restauración de la comunidad judía. Veamos algunos de los principales adversarios:
1. Samaritanos: Los samaritanos eran descendientes de los israelitas del Reino del Norte que se habían mezclado con otros pueblos tras la conquista asiria. Ellos se opusieron vehementemente a la reconstrucción del Templo y de los muros de Jerusalén, ofreciendo inicialmente su ayuda pero luego tratando de sabotear los esfuerzos cuando su oferta fue rechazada.
2. Tobías el amonita: Tobías era un oficial amonita que se opuso a Nehemías y a la reconstrucción de los muros de Jerusalén. Utilizó su influencia para intentar detener las obras y desmoralizar a los constructores.
3. Gesem el árabe: Gesem, también conocido como Gashmu, era un líder árabe que se unió a Tobías y a otros enemigos de Israel para conspirar contra Nehemías. Intentaron intimidar y desacreditar a Nehemías mediante amenazas y falsas acusaciones.
4. Sanbalat el horonita: Sanbalat era un gobernador de Samaria que se convirtió en uno de los principales opositores a la reconstrucción de Jerusalén. Junto con Tobías y Gesem, Sanbalat intentó varias tácticas para detener las obras, incluyendo la intimidación y la difusión de rumores.
Estos enemigos utilizaron una combinación de tácticas, desde la intimidación y las amenazas hasta la conspiración y el sabotaje, para intentar detener la restauración de Jerusalén. Sin embargo, gracias a la determinación y liderazgo de Esdras y Nehemías, los judíos lograron superar estos obstáculos y completar la reconstrucción del Templo y los muros de la ciudad.
El temor a los malos hombres disminuye en proporción directa con la comprensión de la grandeza y la misericordia de Dios.
A menudo experimentamos temor porque no creemos suficientemente que Jehovah está con nosotros.
Los versículos (10–12) del libro de los Salmos hablan de enemigos. En muchísimos salmos el salmista tiene que pedir socorro por la opresión o los ataques de los enemigos de Dios. Aun los justos seremos atacados. Los que no entran en la batalla no son los atacados; los que sirven a Dios son los que reciben los ataques de los enemigos de él.
"Todas las naciones me rodearon;
en el nombre de Jehovah yo las destruiré.
Me rodearon y me asediaron;
en el nombre de Jehovah yo las destruiré.
Me rodearon como abejas,
ardieron como fuego de espinos;
en el nombre de Jehovah yo las destruiré."
Se repite tres veces rodearon y asediaron (10-12) es la misma palabra hebrea. Esta sugiere que el Salmo viene del tiempo de Nehemías. También se repite tres veces que la victoria se consiguió en el nombre de Jehovah.