¿Sientes que las cargas de la vida te aplastan? ¿Las heridas del pasado te atan y no te dejan avanzar?
No estás solo. En medio de tu tormenta personal, hay un refugio, un abrazo cálido y seguro que te espera. Dios, con su amor infinito, te ofrece un lugar donde tus lágrimas se convierten en perlas de esperanza. Acompáñame, juntos encontraremos en su Palabra el bálsamo que sanará tu alma y la fuerza que te levantará.